Epitoma institutorum rei militaris
LIBRO I, de FLAVIVS VEGETIVS RENATVS
XII NO CORTAR, SINO DAR ESTOCADAS CON LA ESPADA.
Se les enseñaba, igualmente, a no cortar, sino dar estocadas con sus espadas. Para los romanos, no sólo resultaba motivo de chanza quienes luchaban con el borde de tal arma, sino que constituían una fácil conquista. Un ataque con los filos, aún los hechos con mucha fuerza, raramente mata, pues las partes vitales del cuerpo están defendidas tanto por los huesos como por la armadura. Por el contrario, una estocada, con que penetre dos pulgadas, es generalmente fatal.
Además, en la posición del ataque, es imposible evitar exponer el brazo derecho y el costado; de otra parte, el cuerpo está cubierto al dar una estocada, y el adversario recibe la punta antes de que vea la espada. Este fue el método de lucha usado principalmente por los romanos, y sus motivos para ejercitar a los reclutas al principio con armas de un tal peso era que cuando al fin llevaban las normales, mucho más ligeras, la gran diferencia de peso les permitía comportarse con gran seguridad y diligencia a la hora del combate.
LIBRO I, de FLAVIVS VEGETIVS RENATVS
XII NO CORTAR, SINO DAR ESTOCADAS CON LA ESPADA.
Se les enseñaba, igualmente, a no cortar, sino dar estocadas con sus espadas. Para los romanos, no sólo resultaba motivo de chanza quienes luchaban con el borde de tal arma, sino que constituían una fácil conquista. Un ataque con los filos, aún los hechos con mucha fuerza, raramente mata, pues las partes vitales del cuerpo están defendidas tanto por los huesos como por la armadura. Por el contrario, una estocada, con que penetre dos pulgadas, es generalmente fatal.
Además, en la posición del ataque, es imposible evitar exponer el brazo derecho y el costado; de otra parte, el cuerpo está cubierto al dar una estocada, y el adversario recibe la punta antes de que vea la espada. Este fue el método de lucha usado principalmente por los romanos, y sus motivos para ejercitar a los reclutas al principio con armas de un tal peso era que cuando al fin llevaban las normales, mucho más ligeras, la gran diferencia de peso les permitía comportarse con gran seguridad y diligencia a la hora del combate.
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