La marcha
Para levantar el
campamento se daban tres toques de cornu.
Al primer toque se desmontaban las tiendas, al segundo, se cargaban las bestias
y las carretas. A continuación. Los legados preguntaban por tres veces si los
soldados estaban dispuestos para el combate, y cada vez aquéllos respondían: «¡Estamos
preparados!». En ese momento sonaba el tercer toque y la vanguardia se ponía en
movimiento, seguida por el grueso de la tropa.
Cada legionario llevaba
un pesado equipo personal sobre una furca, sistema que fue introducido por
Mario hacia el año 107 a. C. El convoy de carga transportaba la impedimenta
pesada: tiendas, muelas manuales, artillería, provisiones. etc. Estaba formado
principalmente por animales de carga (sobretodo por mulos), pero también lo componían
algunas carretas tiradas por bueyes o por caballos.
Los oficiales
superiores tenían derecho a varios mulos: cada centurión tenía uno y se
disponía de uno por tienda. Una legión contaba con 1200 o 1500 bestias de
carga. El personal del convoy de carga se componía de esclavos, los muliones (muleros. boyeros y carreteros)
y los calones, que servían como asistentes
a los soldados.
Una vez dada la orden
de marcha (agmell) resultaba prácticamente
imposible algún tipo de cambio. Los exploradores realizaban avanzadillas de
exploración. La vanguardia estaba formada por un destacamento de legionarios y
otro de caballería, seguidos de un cuerpo de ingenieros encargado de hacer
transitable el camino. A continuación marchaban los equipos de los oficiales,
protegidos por una unidad de caballería; les seguían los ayudantes de campo y
el legado con su escolta. Tras ellos, otro destacamento de caballería. Los
legados y los tribunos con sus acompañantes, y. en columnas de a seis, el
grueso de las legiones. Cada una de ellas iba precedida por el aquilifer, un signifer y un cornicen por cada centuria, y seguida por sus equipos. Finalmente, marchaba la
retaguardia. Compuesta por los auxiliares, y, en última fila un destacamento de
legionarios en formación ligera.
Fuente: La vida de un
Legionario en la época de las guerras de las Galias de Erik Abrason.
Foto: Creative Commons
3 (MatthiasKabel).
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