jueves, 17 de enero de 2019

VIDA CORRIENTE EN LA REPÚBLICA ROMANA: LAS EDADES DE LA VIDA.


“Aequa diligito caros pietate parentes, Nec matrem offendas, dum uis bonus esse parenti.”. Catón el Viejo.

(A tus padres, respétalos con afectos iguales: no hieras a la madre por agradar al padre).

LAS ETAPAS DE LA VIDA EN LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA.

El niño, si es reconocido, consigue la condición social de su padre y los hijos fuera del matrimonio y no reconocidos la de su madre. El bebé tiene que ser admitido en la familia en el curso de una ceremonia que tiene lugar generalmente en el hogar doméstico.

El nombre se elige para las niñas el octavo día de existencia; para los niños, el noveno. A este día se le llama dies lustricus. Este rito lo debe hacer el pater familias, (padre, abuelo paterno o, incluso, bisabuelo paterno) o, en su ausencia, una persona que ocupe su lugar. Tras eso el niño es purificado, lustratus, y se le pone alrededor del cuello la bulla (medallón lleno de amuletos), aurea (de oro) o scortea (de cuero). Se le ponen entonces los tria nomina: prenombre, nombre y sobrenombre. A las niñas se les pone la lúnula y solo un nombre generalmente el de la gens. Por ejemplo, a la hija de Publio Cornelio Escipión (el Africano) se la llamó Cornelia.


Foto 1.



La autoridad paterna se ejerce sobre las personas y sobre los bienes de todos los miembros de la familia, patria potestas, ilimitada en duración y alcance: el pater familias puede gestionar la vida y la muerte de todos los miembros de la familia; los hijos no pueden hacer ni adquirir nada sin el consentimiento paterno.

La instrucción y la educación eran responsabilidad de los padres y tiene por objeto, ante todo, la formación moral. Es el padre quien enseña a su hijo a leer, escribir, nadar y combatir. Por medio de la palabra y el ejemplo le inculca el respeto por la religión, la moderación y la voluntad. En cuanto a la hija, bastará con que sepa cuidar la casa e hilar la lana.

La denominación de la mujer se hacía con referencia a su estado civil y a la capacidad de tener hijos. (La función de la mujer era la de casarse y procrear).

Puella o virgo, a una joven.
Uxor, a la esposa.
Matrona, a la madre de familia.
Anus, a la mujer mayor (ya no podía tener hijos.)

Al hombre se le denominaba por su edad. (Según las prestaciones cívicas y sociales)

Infans, menor de 7 años.
Puer, de 7 a 17 años
Adulescens, de 17 a 30 años
Juvenis, de 30 a 46 años
Senior, de 46 a 60 años
Senex, de 60 a 80 años
Aetate provectus, después de los 80 años

Para los muchachos, la pueritia se termina un poco antes o después de los 17 años, según la decisión del padre o del tutor. El puer deja la bulla y la consagra a los dioses Lares. Esto sucede generalmente en marzo, en las Liberalia. En las hijas, el abandono de la lunula se hace el día del matrimonio. Las jóvenes se podían casar a partir de los 12 años. En los matrimonios el padre de la novia ofrecía una dote al marido, esta dote tenía que ser devuelta en caso de divorcio.

Foto 2.


La mujer es tratada siempre y en principio como una menor. No sale del dominio de su padre más que para caer bajo el de su esposo, tan riguroso con ella como con sus hijos, generalmente numerosos. Sin embargo, la madre de familia, mater familias, matrona, es honrada como guardiana del hogar. Aunque no sea legal, su influencia sobre las decisiones de carácter doméstico se deja sentir desde los primeros tiempos de Roma.

La vejez es venerada y los ancianos respetados pues, generalmente, la autoridad paterna pertenece siempre al más anciano de los ascendientes masculinos en línea paterna.

Los ritos funerarios no tienen más que un objetivo: volver a los muertos inofensivos para los vivos. El pariente más cercano recoge en un vaso el último suspiro, o lo que es lo mismo, el alma del difunto, extremum spiritum ore excipere. En ese momento, el difunto es llamado repetidamente por todos los presentes para certificar la muerte y para que su alma esté alerta: conclamatio. Tras el tratamiento del cuerpo este queda expuesto en el atrium, de 3 a 7 días. El entierro tiene lugar de noche bajo el resplandor de las antorchas. Un cortejo de parientes y amigos, que siguen al féretro abierto y llevado por allegados o libertos. Las mujeres llevan los peinados deshechos y gimen; los hijos van con la cabeza velada. El pariente más próximo (normalmente el hijo), pronuncia un discurso llamado, laudatio. El cadáver es inhumado o incinerado. Los lutos por parte de las viudas podían durar hasta 10 meses.
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Fuente: Guía de la Roma antigua de Georges Hacquard.

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Foto 1: Fresco en la Villa del Misterio de Pompeya, dominio público.
Foto 2: Detalle de la foro anterior.



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