domingo, 30 de diciembre de 2018

VIDA MILITAR: CRUCES DE RÍOS.


El paso de ríos es muy peligroso si se hace sin gran cuidado. Al cruzar corrientes rápidas o anchas, los equipajes, sirvientes y a veces hasta los soldados más incautos están en riesgo de perderse. Habiendo primero sondeado el vado, se deben montar dos líneas de la mejor caballería, alineadas a una distancia adecuada hasta abarcar toda la anchura del río, para que la infantería y los equipajes pasen entre ellos. La línea superior del vado rompe la fuerza de la corriente y la línea inferior recupera y transporta a los hombres arrastrados por la corriente. Cuando el río es demasiado profundo para ser vadeado tanto por la caballería como por la infantería, y corre por un lugar llano, se le puede desaguar con gran número de acequias, y pasarlo así con facilidad.

Pintura en tela del arquitecto John Soane. Puente de Julio Cesar sobre el Rin (dominio público).  

Los ríos navegables se pasan colocando pilones fijados al fondo y situando sobre ellos tablones; o si ocurre algún imprevisto, se juntan rápidamente cubas vacías y se las cubre con tablones. La caballería, quitándose su impedimenta, hace pequeños flotadores con ramas secas sobre las que pueden colocar sus armas y corazas para preservarlas de la humedad. Ellos mismos llevan a nado sus caballos para cruzar el río y arrastran los flotadores tras ellos con una correa de cuero.


Pero el invento más cómodo es el de los pequeños botes hechos de una sola pieza y muy ligeras tanto por su construcción como por la calidad de la madera. El ejército siempre tiene cierto número de tales botes sobre carros, junto con una cantidad bastante de planchas y clavos de hierro. Así, con la ayuda de cables para atar los botes entre sí, se construye instantáneamente un puente, que temporalmente tiene la solidez de uno de piedra.



Cruce del Danubio por Tetio Juliano año 88 d.C. Izquierda construcción de un puente de barcazas. Derecha cruce del río por parte de Trajano 101d.C. Autor Peter Connolly



Como el enemigo generalmente se esfuerza en caer sobre un ejército cuando está pasando un río, por sorpresa o en emboscada, es necesario asegurar ambos flancos colocando destacamentos para que las tropas no sean atacadas y derrotadas mientras están separadas por la corriente del río. Pero es aún más seguro poner empalizadas en ambos extremos, pues os permitirán sostener cualquier ataque sin muchas pérdidas. Si se quiere mantener el puente, no sólo para este transporte sino para la vuelta y para las expediciones de avituallamiento, será conveniente excavar fosos para cubrir cada cabeza del puente, y guarnecerlas con un número suficiente de hombres que las defiendan tanto tiempo como lo requieran las circunstancias.


Fuente: Arrecaballo


Cómo ve esta maniobra Aurelio Vitalis, el protagonista de mi libro LIGNVM, cuando se ve en la obligación de cruzar el río Dermen (afluente del Danubio) durante unas maniobras: 

“No faltaron las desgracias. En una ocasión en la que vadeábamos un afluente del Danuvius, perdimos a dos reclutas. Las cuatro centurias, con todo el equipo encima, teníamos que pasar por una parte del río en la que el agua nos llegaba muy por encima de la cintura. La corriente era fuerte, así que para ayudarnos toda una turma de caballería se puso río arriba con la intención de que la envergadura de los caballos detuviese un poco la fuerza de la bajada del agua. También nos apoyaba otra turma río abajo, al parecer solo para recoger los pertrechos que se perdiesen aguas abajo, pero después descubrí que estos jinetes tenían más de un objetivo.

Primero entraron los caballos de la I Turma, el decurión en primera posición y los treinta hombres justo detrás, en quince parejas de dos jinetes. La caballería paró con el duplicarius, el segundo al mando de la turma, en este lado, y el decurión, en la otra orilla. Los treinta caballos que había dentro del río pararon en zigzag intentando ocupar todo el ancho del caudal. La II Turma obró de igual forma aguas abajo. Con un sonido largo del cornu se dio la orden de marcha a la infantería pesada. Todos avanzábamos intentando apoyar bien un pie antes de levantar el otro. Al ir progresando notaba que algo tocaba mis piernas; quién sabe si pequeñas piedras, algas o peces; incluso a veces notaba que el pie se hundía en el lodo. Una mano la necesitábamos para cargar la parte del equipo que no podíamos llevar sobre nuestro cuerpo; con la otra nos apoyábamos en el hombro del legionario que teníamos delante. Aun así, de vez en cuando alguien perdía el equilibrio y al caer las aguas lo arrastraban. Los jinetes río abajo eran, por ello, nuestra última esperanza. Aunque el agua se llevó a varios hombres, dos de los reclutas perdieron toda oportunidad de salvarse y desaparecieron. Solo les quedaba la esperanza de que una de las Náyades se enamorara y se apiadara de ellos, pero estas eran caprichosas y tanto los podían favorecer como castigar; daban amor, salud y felicidad o ajusticiaban por tocar las aguas que para ellas eran sagradas. Parece ser que esta vez no intervinieron, y solo el dios del río sabe lo que pasó con ellos.”


viernes, 28 de diciembre de 2018

LA BONA DEA (la buena diosa).





LA BONA DEA (la buena diosa).
¿Quién era esta diosa? ¿Dónde estaba su templo?
Sabías que su culto estaba prohibido a los hombres (al igual que el de Hércules estaba vetado a las mujeres). ¿Qué tiene que ver el rito a la Bona Dea con el divorcio de Pompeya y Julio César?

Fuentes:
Un año en la Antigua Roma de Néstor F. Márques.
Diccionario de la religion romana de José Contreras, Gracia Ramos e Inés Rico.

lunes, 24 de diciembre de 2018

FELICITACIÓN DE AÑO NUEVO A TODOS LOS ROMANOS Y “DOMINAE”.

Tras 7 días celebrando las “Saturnalias”, saciado ya el pueblo del grano almacenado, celebramos la fiesta del “Deus sol invictus” e intercambiamos regalos para desear prosperidad a nuestros amigos y familiares.


Días después y con ropa nueva haremos el ritual a Jano (dios de las puertas y los comienzos). Encenderemos el fuego y tras ponernos el “capite velato” para cubrirnos, pediremos y honraremos a los dioses observando fielmente el ritual. Una vez acabado éste, el año nuevo estará ofrecido para que nos sea propicio. 

Seguiremos celebrando toda la noche y dejaremos que la llama se apague poco a poco, por si sola. Prometeremos nuevos propósitos a Jano. Simbolizado este por una llave y un báculo y representado con dos caras: una, la de un joven mirando al oriente por donde sale el sol y la nueva vida, y otra, la de un anciano mirando al occidente por donde se pone. Su joven faz nos indica que el nuevo ciclo empieza y está lleno de esperanzas y retos, y su anciana faz nos recuerda que todo es efímero; aprendamos de su experiencia y miremos al nuevo ciclo sin olvidar mirar hacia lo pasado y lo que aprendimos en los ciclos anteriores.

El “pater familias” regalará dinero a su “domina”, pero se quedará con algo para que le sea propicio el ciclo anual que se inicia. Cruzará con el pie derecho el “liminaris” (umbral) de la “domus” para que la diosa Fortuna le sonría todo el año. Agradecerá a los dioses Penates que cuidan que la despensa esté siempre llena, a los “Lares Domestici” que cuiden de su hogar y ofrecerá vino, el líquido sagrado de los dioses, a los santísimos genios para pedirles su protección.

Que el día del Sol Invictus, os colmen de regalos y deseos de prosperidad.

Que los Penates se aseguren de que tengáis alimento todo el año.

Que los Lares protejan vuestro hogar y los genios a cada uno de los miembros de vuestras familias todos los días del nuevo ciclo.

Que cumpláis los nuevos propósitos, y que Jano y Fortuna os ayuden a ello.




Ángel Portillo






domingo, 23 de diciembre de 2018

INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS III. VIDA CORRIENTE EN LA ANTIGUA ROMA.


¿Qué significado tiene el soñar con lavar ropa, perfumarse, arreglarse el pelo o mirase en el espejo?


Lavar la ropa:

Soñar que se lava la ropa propia o la ajena significa que uno conseguirá liberarse de situaciones embarazosas en el curso de su existencia, debido a que las prendas alejan de sí la suciedad mediante esta operación; y también que se descubrirán y se conocerán actos ocultos. Ciertamente, los antiguos denominaban impropiamente «lavan» al hecho de «denunciar» en lugar de «yo pondré en evidencia», como hace Menandro en el siguiente pasaje:

“Si sigues hablando tan mal de mi mujer yo lavaré a tu padre, a ti mismo y a los tuyos". (Sacar a relucir los trapos sucios).

Por tal motivo para los que temen ser llevados ante la justicia es un mal síntoma ver en sueños sus vestidos lavados.


Perfumarse:

Perfumarse es un buen indicio para todas las mujeres con excepción de las adúlteras; en cambio, a los hombres les acarrea deshonor, salvo a los que tienen costumbre de hacerlo.


Arreglarse los cabellos:

Peinarse es una señal favorable tanto para el sexo masculino como para el femenino. De hecho, el peine equivale al tiempo, a deshacer asperezas y alisarlo todo. Hacerse unas trenzas conviene únicamente a las mujeres y, de entre los hombres, a los que usan habitualmente este peinado; a los demás les pronostica complicaciones en sus asuntos, muchas deudas y, en algunas ocasiones, la cárcel.


Mirarse al espejo:

Mirarse en el espejo y contemplar la propia imagen fielmente reflejada en el mismo es una buena señal para el que desea casarse, sea varón o hembra. El espejo equivale para el hombre a la esposa y para la mujer al marido, puesto que reproduce sus rostros al igual que éstos se reencarnan mutuamente en los hijos. Es también un indicio positivo para los afligidos, porque la acción de mirarse en él presupone carecer de pesares. Pero acarrea la muerte a los enfermos, ya que este objeto es perecedero por naturaleza, sea cual fuere su materia prima. A las restantes personas les anuncia un traslado de residencia, a causa de que contemplan su rostro en otra tierra. Soñar que se refleja en su superficie una imagen diversa de la de uno mismo pronostica que se será llamado padre de unos hijos bastardos o ajenos. Verse más feo o deforme no favorece a nadie: indica padecimientos y disgustos, al igual que mirarse en las aguas vaticina la muerte al propio sujeto de la visión onírica o, bien, a uno de los seres suyos más íntimos.

jueves, 20 de diciembre de 2018

PRESENTACIÓN DE LIGNVM (Tortosa 19/12/18), fragmento.









¿Por qué escribir? Primeros minutos de la presentación de LIGNVM. En este fragmento explico lo que me motivó a escribir la Vida de Aurelio.
1ª parte: LIGNVM, ya publicado.
2ª parte: LIGNVM en Tapae, En fase de corrección.

3ª Parte: LIGNVM en Roma. En las primeras etapas.

viernes, 14 de diciembre de 2018

INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS II. VIDA CORRIENTE EN LA ANTIGUA ROMA.


Cómo interpretaban el soñar con la cabeza, el cuello, los hombros, el pecho y las mamas y los costados y el ombligo. Para quién era un buen presagio y para quién un mal agüero. 

La cabeza: 

Soñar que se tiene una cabeza grande es un indicio favorable para un hombre rico que aún no ha desempeñado puestos públicos, para un pobre, un atleta, un usurero, un banquero o un presidente de una asociación de amigos. En efecto, al primero le vaticina un cargo, en cuyo ejercicio necesitará una corona, cinta o diadema; al segundo bienestar y adquisición de riquezas, desde este punto de vista su cabeza será más importante. Al atleta le anuncia con toda seguridad una victoria, pues en esa circunstancia la parte superior· de su cuerpo adquiere mayor relieve. Para el prestamista, el banquero y el dirigente de un festejo colectivo significa una recaudación de dinero de más envergadura, debido a que las grandes sumas son también llamadas capitales. En cambio, para un rico ya instalado en el poder, para un orador o un demagogo predice sinsabores y ofensas de parte del pueblo; al enfermo le pronostica dolores de cabeza; al soldado fatigas; al esclavo una manumisión tardía y al que ha elegido una existencia apacible perturbaciones y disgustos. Una cabeza pequeña y de un tamaño inferior al normal significa lo contrario de cada uno de los resultados relativos a los tipos anteriormente descritos. 

El cuello: 

El hecho de que parezca en sueños que se tiene una herida o un dolor en la nuca o en el cuello significa una enfermedad a todos por igual. En cierta medida, el cuerpo entero depende de la cabeza y del cuello. Por tanto, estando sanos éstos, también lo está aquél; pero si ellos tiene alguna dolencia denotan que el cuerpo está aquejado de algún mal y que no goza de salud. 

Los Hombros: 

Unas espaldas anchas y metidas en carne resultan un buen augurio para todos, menos para los que están encadenados y en la cárcel. Para éstos únicamente es desfavorable, a pesar de que significa comportamiento viril y buena fortuna, ya que indican que soportarán sus males por un mayor espacio de tiempo, bajo el pretexto de que pueden aguantarlos sobre sus hombros. Si las espaldas sufriesen algún daño, el sueño expresa lo contrario de cuanto se ha afirmado anteriormente. Con frecuencia anuncia la enfermedad o la muerte de un ser fraterno: de hecho, los hombres están hermanados. 

El pecho y las mamas: 

Un pecho sano e indemne es un buen presagio. Si es velludo y cubierto de pelos resulta positivo y ventajoso para los hombres, pero pronostica viudedad a las mujeres. En efecto, éstas se descuidarán y mostrarán pilosidades, al carecer de un marido que justifique el cuidado de sus propios cuerpos. También son un indicio favorable las mamas cuando carecen de cualquier defecto. Si son un poco más grandes de lo normal —siempre que conserven su proporción y atractivo— predicen la llegada de hijos y de esclavos. Si presentan algún padecimiento o están como ulceradas, anuncian una enfermedad; y si se caen, la muerte de los vástagos de quién tiene la visión. Cuando no existe descendencia, auguran dificultades y, muchas veces, también lutos, especialmente, a las mujeres, pues éstas desgarran sus senos en señal de duelo. Para una nodriza, en el caso de que tenga un niño, el vaticinio afectará al lactante. Presentar muchas mamas encierra el mismo significado que soñar que se tienen más grandes; para una esposa supone también un adulterio. Ser herido en el pecho por un conocido cualquiera profetiza a las personas de edad recibir una triste noticia de alguna parte, en cambio, anuncia una pasión amorosa a los jóvenes de ambos sexos. 

Los costados y el ombligo: 

Se debe interpretar que los costados, el abdomen y la región comprendida hasta las ingles significan el vigor y la parte primordial del cuerpo. Por tanto, si sobreviene algún padecimiento en esta zona, ello anuncia una enfermedad y escasez de alimentos. El ombligo propio representa a los progenitores, siempre que aún existan; en caso contrario, a la patria, de donde el sujeto procede y en donde ha nacido, como también acontece con el cordón umbilical. En consecuencia, si algún daño afecta a este último, supondrá quedar privado de padres o del lugar de nacimiento, y la imposibilidad de retornar para el que se encuentra en tierra extraña. 

domingo, 9 de diciembre de 2018

Ya son 400 seguidores de Angel Portillo ·Lignum en Roma· ( Facebook).

GRACIAS A TODOS.

Ya son 400 personas las que siguen Angel Portillo ·Lignum en Roma·. ¿Son muchas o son pocas?, eso entra dentro de la subjetividad. Lo que es objetivo es que son 400 seguidores desde que empecé a publicar en mi página.

No soy historiador, pero me gusta la historia. No soy escritor, pero disfruto escribiendo. Lo que sí que soy es profesor por vocación y disfruto enseñando. Una de las frases que ha marcado mi vida la dijo el entrañable Félix Rodríguez de la Fuente: «Lo que engrandece al hombre es aprender y transmitir la cultura». Se refería toda clase de cultura y conocimiento pues como todos sabéis todo ser humano es ignorante lo que ocurre es que lo es de cosas distintas.

Procuro ser riguroso y fiel en los pequeños posts que cuelgo, poner siempre la fuente y utilizar imágenes libres de derechos de autor. También me gusta crear, contar historias e intentar compartir sentimientos. Por ese motivo he escrito LIGNVM (primera parte de la Vida de Aurelio) y he creado mi página.

Unir la rigurosidad y la creatividad no es fácil, al menos para mí. Espero haberlo logrado.

Reitero las gracias a aquellas y aquellos que me han regalado parte de su tiempo leyendo y compartiendo algunas de mis pequeñas aportaciones sobre la historia y cultura romana.

Página Facebook: Angel Portillo ·Lignum en Roma·
Blog: Lignum en Roma
Amazon: LIGNVM.

Foto: dominio público, portal Pixbay.


viernes, 7 de diciembre de 2018

INVOCACIÓN A LA DIOSA VENUS.



Adaptación de la invocación a Venus.

Diosa Venus, diosa Afrodita, diosa Turan, diosa Amiga, diosa Armada, diosa Celestial, diosa Dorada, o con cualquier otro nombre con el que quieres ser llamada.

Diosa Venus, engendradora de los romanos, placer de hombres y dioses, que bajo las constelaciones deslizantes del cielo pueblas el mar de navíos y pueblas las tierras de frutas. Porque gracias a ti toda raza de vivientes queda concebida y al nacer contempla la lumbre del sol.

Ante ti, diosa, ante ti huyen los vientos, ante ti nubarrones del cielo y a tus pies la tierra trabajadora pone flores tiernas, te sonríen las llanuras del mar, y el cielo serenado brilla en luz que se derrama. Y es que al tiempo que la faz primaveral del día se desvela y arrecia el suelto soplo del viento que transporta el polen que fecunda las flores, las aves del aire primero delatan tu presencia y tu entrada cuando tu fuerza golpea sus corazones; al punto las fieras y las reses retozan por lozanos pastizales y cruzan nadando y comen arrebatadas: así cada una, cautiva de tu encanto, te sigue adondequiera que pretendas llevarla. Y al cabo por mares y montes y ríos arrebatadores, por las moradas frondosas de las aves y los prados verdeantes, inculcándoles a todos dulce amor en sus pechos logras que con ansias propaguen por especies sus generaciones.

Haz que entretanto los fieros menesteres de la guerra por mares y tierras todos se aquieten adormecidos. Porque sólo tú puedes beneficiar a los mortales con paz serena, ya que los fieros menesteres de la guerra los gobierna Marte omnipotente. Ese que a menudo, derrotado por herida perdurable de amor, se acuesta en tu regazo, y así, levantando sus ojos, echada hacia atrás la bien torneada nuca, apacienta, anheloso de ti, miradas ansiosas de amor, y en tu boca se encarama el aliento del tendido: sobre este tú, divina, mientras está recostado en tu cuerpo santo, desparrámate y viértele de tu boca dulce charla pidiéndole grata paz, excelsa tú, para los romanos.

Mientras la paz sea con nosotros será joven la primavera, la primavera melodiosa estará aquí. En primavera se prometen los enamorados; en primavera se aparean las aves, y los árboles desatan su cabellera al caer la lluvia fecundante. Tú, diosa, que unes a los amantes trenza, a la sombra de los árboles, verdeantes chozas con tiernos ramajes de mirto. Que la púrpura de las flores revele su pudor: ese rocío que los astros en la noche serena destilan y al amanecer muestren los virginales senos de sus húmedos ropajes. Al amanecer permite, Venus, que las vírgenes rosas, húmedas de rocío, se desposen.

Tú diosa Venus proclama tus leyes, sentada en majestuoso trono.


Nada más te pido por hoy, diosa entre las diosas.

martes, 4 de diciembre de 2018

FELICITACIÓN DE SATURNALIAS A TODOS LOS CIUDADANOS ROMANOS DE TODOS LOS TIEMPOS.



Autor Ángel Portillo.


En este mes de diciembre los romanos celebramos entre otras las siguientes fiestas:


Día 4, Bona Dea: diosa de la fertilidad cuyo culto esta permitido solo a la mujer. Su nombre real es desconocido y sus ritos son secretos.

Día 8, Tiberino in insula: la fiesta del río Tíber personificado en el dios Tiberino. Su templo se encuentra en la isla Tiberina y desde él controla las aguas del río de Roma.

Día 11, Agonalia: la cuarta y última Agonalia. En este día sacrificamos un carnero pidiendo al dios Sol que caliente con sus rayos.

Día 13, Idus de diciembre, Lectisternium Telluri: celebramos en honor a la diosa Tellus y también a la diosa Ceres, a quien Tellus (la tierra) está muy unida por la agricultura. 



Día 19. Opalia: dedica a la diosa Ops, esposa de Saturno y relacionada con la fertilidad en los campos.

Día 21. Divalia vel Angelronalia: Angerona es una diosa arcaica cuyos ritos son ocultos, los romanos la debemos favorecer para proteger a la propia Roma. Ella conoce secretos sobre la ciudad eterna.

Día 23, Larentalia: esta fiesta está dedicada a Acca Larentia a la madre adoptiva de Rómulo y Remo.

Día 25 Natalis Solis Invicti: este día se le conoce como brevissimus, es el día más corto del año. Su importancia irá creciendo durante los años del Imperio.

Entre los días 17 a 23, Saturnalias: dedicadas a Saturno que es el dios que gobernó el mundo en sus primeras edades en un tiempo en que todos los hombres eran libres e iguales. Esos días todo es fiesta y alegría y los amos permiten algo de libertad a sus esclavos.




Uniendo costumbres de antaño y actuales quisiera dar buenaventuras para estas fiestas:

Quiso la fortuna que Metelo naciese en Roma, la capital del mundo; le otorgó los padres más nobles; le confirió, además, unas excepcionales cualidades espirituales y una fortaleza física capaz de soportar las fatigas; le procuró una esposa célebre por su honestidad y fecundidad; le brindó el honor del consulado y el lustre de un grandioso triunfo; le permitió ver al mismo tiempo a tres de sus hijos cónsules y a un cuarto pretor; hizo que entregara en matrimonio a sus tres hijas y acogiera en su mismo regazo a la descendencia de éstas. Tantos partos, tantas cunas, tantas togas viriles, tan gran número de teas nupciales, tantos cargos civiles y militares; en definitiva, tantos y tantos motivos de alegría; y en todo este tiempo, ningún duelo, ningún llanto, ningún motivo de tristeza. Y a este género de vida correspondió un final acorde con él: en efecto, Metelo falleció a una edad muy avanzada y de muerte natural, entre los besos y abrazos de sus seres más queridos, y fue llevado por toda la Urbe a hombros de sus hijos y yernos hasta ser depositado sobre la pira funeraria.



Para estos días os deseo no su vida, ya que es antigua y de preceptos ya superados, pero si su felicidad y su dicha pues los sentimientos son los mismos ahora que entonces; en todas las épocas se goza con el bienestar propio y con el de los que nos rodean .

Que Fortuna os favorezca.

Que los dioses Penates del hogar colmen vuestra mesa en las Saturnales.

Que Jano os ayude en los nuevos propósitos para el nuevo año.





_________________



Fuentes: Un año en la antigua Roma de Néstor F. Marqués y Hechos y Dichos Memorables Libro VII-IX de Valerio Máximo.


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domingo, 2 de diciembre de 2018

MEDICINA VETERINARIA: LA DECADENCIA DEL ARTE DE LA VETERINARIA, SIGLO V d.C.

«El arte veterinaria está en total decadencia desde hace ya mucho tiempo, pues debido a la codicia general y al escaso beneficio que reporta, nadie se aplicó a estudiarla».

Con esta frase Publio Vegecio Renato se quejaba de la dejadez que había en el Imperio a principios del siglo V con respecto a los animales. Él decía que los ciudadanos descuidaban al ganado y a las caballerías por una cuestión económica y que los trataban como si fueran de pueblos poco civilizados:

«Pretenden imitar la usanza de los bárbaros y, despreocupándose de los animales, los exponen a los pastos de invierno y a los peligros de la negligencia».

En su opinión eso era un total despropósito pues los animales de los otros pueblos, sobre todo los del norte: tienen otra naturaleza; son más fuertes; de jóvenes ya los enseñan a no tener remedios medicinales, y soportan los fríos y las heladas. Sin embargo las caballerías romanas son de razas más blandas, están acostumbradas a vivir a cubierto resguardadas del frio y de otras inclemencias. Así que ante cualquier indisposición enseguida contraen alguna enfermedad.

En vez de aplicar remedios veterinarios a las enfermedades de sus animales culpaban a las divinidades. Siempre es mejor echar la culpa a otro de tus propios males y señalar a la fortuna. Su escusa es que si enferman, y han de morir, de nada sirve intentar cuidarlos y, si se han de salvar, se salvarán aunque les falte el médico. Vegecio se queja de este razonamiento. Primero, porque es simple, y segundo, porque es irrespetuoso con los dioses:

«Quizá esas otras opiniones todavía podrían considerarse fundadas en algún caso respecto al hombre, de quien se cree que está regido por la divina providencia y los designios de los hados. Pero los animales, con los que la divinidad no se digna tener nada en común, perecen indefectiblemente si no los atienden los hombres y no gastan dinero en curarlos. Pues, ¿qué esperanza les queda a las caballerías, que la divinidad desdeña cuidar, si les falta la medicina humana?»

A menudo uno o unos pocos animales contraen primero la enfermedad y tras eso la peste por contagio destruye manadas enteras. Los pastos ensuciados y las aguas infectadas por los animales aquejados hacen tanto mal como el veneno. Cuando la fetidez del animal enfermo penetra por los hocicos de los sanos introduce las enfermedades en las vísceras. La muerte pasa a las camadas desde las madres a través de la leche corrompida. Así, a los descuidados decirles que si esto ocurre en las cuadras con numeroso ganado: si un animal, por escaso valor que tenga, contrae una enfermedad contagiosa, también ésta destruirá rápidamente a los animales más preciados.

Por último una reflexión:

«Contra todos estos riesgos suelen ser útiles la diligencia, el interés, la eficacia de las hierbas y los conocimientos de medicina. Y si la primera disciplina de los médicos consiste en estudiar las partes y los órganos del cuerpo humano, igualmente los veterinarios necesitan aprender bien todo referente a los huesos, los músculos y las venas de las caballerías. Pues tampoco puede curar de forma metódica quien desconoce la naturaleza de aquello que cura».

Realizado por Ángel Portillo

Fuente: Mulomedicina o Medicina Veterinaria de Publio Vegecio Renato.
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Foto: Domino público, Tunis, Mosaïque à la villa de la volière à Carthage.


viernes, 30 de noviembre de 2018

VIDA MILITAR: NO CORTAR, SINO DAR ESTOCADAS CON LA ESPADA



Autor Ángel Portillo.


En el ejército romano del Alto Imperio los milites llevan como defensa un scutum semicircular de gran tamaño que le cubría prácticamente desde las rodillas hasta los ojos y como arma de ataque portaba el gladius, una espada corta de unos 60 cm cuya principal utilidad era dar estocadas. 
Gladius pompeii 


Según Flavivs Vegetivs Renatvs, en su Epitoma institvtorum rei militaris:

«Se les enseñaba, igualmente, a no cortar, sino dar estocadas con sus espadas. Para los romanos, no sólo resultaba motivo de chanza quienes luchaban con el borde de tal arma, sino que constituían una fácil conquista. Un ataque con los filos, aún los hechos con mucha fuerza, raramente mata, pues las partes vitales del cuerpo están defendidas tanto por los huesos como por la armadura. Por el contrario, una estocada, con que penetre dos pulgadas, es generalmente fatal».

Tras eso defiende que si lanzas un ataque para dar un corte expones todo tu costado derecho, y sin embargo para dar una estocada el cuerpo queda totalmente cubierto, exponiendo la mano y el brazo un mínimo instante. La velocidad puede ser tal que el enemigo note el gladius en él sin que haya podido ver su lanzamiento. Para mejorar tanto la velocidad como la fuerza los reclutas se ejercitaban con una espada generalmente de madera que simulaba al arma reglamentaria pero que tenía mayor peso que este. Este instrumento se llamaba rudis y normalmente pesaba el doble.

En mi libro LIGNVM, el protagonista recibe en sus primeras instrucciones de cómo utilizar el gladius ante el enemigo. Esta instrucción la imparte el optio, el segundo al mando de la centuria tras el centurión:

[…]

—Esto, como ya sabéis, es un gladius, el arma que ha conquistado el mundo, así que es la mejor que nunca se ha creado. No está pensado para hacer cortes, aunque puede darlos si su hoja está bien afilada. No está diseñada para eso, sino para dar estocadas.

Lanzó la punta contra un recluta de la primera línea quedando esta unos pocos centímetros de él. Este, sin poder evitarlo, dio un paso atrás. El instructor bajó su arma y, mirando al novato, lo apremió para que volviera a su sitio. Había captado nuestra atención.

—Un corte, salvo en contadas excepciones, no suele matar; por muy fuerte que se dé, no suele ser letal. Los órganos vitales del enemigo estarán protegidos por su armadura, pero los protegen también sus huesos, así que es imposible atravesar un órgano de un corte, pero si le dais una estocada, por poco que se introduzca en un cuerpo, suele ser mortal. Si la introduces bien en el infeliz que se ponga delante, lo más probable es que le atraveséis algo importante. Ese tipo, sin duda, tendrá suerte y morirá rápido.

Hizo una pequeña pausa y siguió. Parecía un discurso preparado para impresionar a los nuevos reclutas, como una obra en el teatro de Marcelo en la que se prepara poco a poco el clímax.

—Además, si atacas queriendo dar un corte y levantas demasiado la mano, dejarás al descubierto tu brazo y tu costado; el enemigo aprovechará cualquier ocasión para mataros, así que es mejor no darle la oportunidad. Por lo tanto, cuando tengáis que atravesar a alguien, clavadle el gladius en el estómago de abajo a arriba. Funcionará aunque el enemigo lleve puesta una cota de malla. Con una buena estocada, una cota de malla no es más que una colección de agujeros. Girad el gladius antes de extraerlo, y si podéis, ampliad la herida.

Viró su muñeca y desplazó su mano indicándonos cómo se debía hacer en el aire. Lo repitió un par de veces como si no estuviera satisfecho del boquete hecho en su imaginario enemigo la primera vez.

—Tratad de no tropezaros con los intestinos mientras sigáis avanzando.

Señaló al suelo dibujando un pequeño círculo con su dedo índice indicando la zona donde estarían las hipotéticas tripas. El instructor lo vivía tanto que en un determinado momento pude hasta ver salirse las entrañas de su víctima y cayendo al suelo.

—No os preocupéis por el desgraciado; no sufrirá mucho: será rematado por el legionario de la segunda fila; la cohorte tiene que seguir avanzando.



Acabó con una sonrisa como fantaseando con el enemigo muerto en el suelo. Tuve la impresión de que el optio echaba de menos la sensación de clavar una estocada en la barriga de un enemigo, que hacía mucho tiempo que no veía sangre en su gladius. […]






Fuentes: LIGNVM de Ángel Portillo y Epitoma institutorum rei militaris de Flavivs Vegetivs Renatvs.
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Fotos:
1 Gladius. Creative communs 3 by Rama.
2 Roman soldiers - Legio XIIII GMV, Biskupin, Poland; Creative communs 2,5 by Jan Jerszyński.

lunes, 26 de noviembre de 2018

VIDA COTIDIANA. EJEMPLOS DE AMOR CONYUGAL.


Casos en los que el sentimiento hacia el conyugue se llevó a lo más apasionado y exaltado. Como dice Valerio Máximo: «No en vano, cuando se comparte un amor apasionado y honesto, es mejor unirse con la muerte que separarse por la vida».

Voy a someter a la consideración del lector ciertos ejemplos de amor conyugal, exponiendo casos que deben ser examinados con el mayor respeto. Son casos en los que se mantuvo intacta la lealtad de los cónyuges, casos difíciles de imitar pero útiles de conocer, porque quien se fija en comportamientos extraordinarios no debe avergonzarse por tener uno medianamente bueno.

Tiberio Graco (al parecer, padre de Tiberio y Cayo Graco), cogidas en su casa una serpiente macho y una hembra, se enteró por un adivino de que, si liberaba al macho, moriría su esposa rápidamente, y que si soltaba a la hembra, sería él quien fallecería. Ante esto, eligiendo la parte del augurio favorable para su mujer y no para él, ordenó que mataran al macho y que soltaran a la hembra, después de lo cual se sentó a esperar su propia muerte mientras observaba la muerte de la serpiente. De este modo, no sé si creer que Cornelia fue más feliz por haber tenido un esposo semejante o más desgraciada por haberlo perdido.

Víctima de la inicua fortuna fue Gayo Plaucio el Númida, menos ilustre que Graco, aunque perteneciente también al orden senatorial, y ejemplo de amor semejante. Y es que, al enterarse de la muerte de su esposa, no pudiendo soportar el dolor, se atravesó el pecho con una espada. Incluso, cuando la actuación de sus sirvientes le impidió culminar su propósito, a pesar de que le ataron, tan pronto como encontró una oportunidad se cortó las vendas, se abrió la herida y, con sus propias manos, se arrancó de las entrañas y del corazón su espíritu, incapaz ya de soportar el sufrimiento por la muerte de su esposa. Con este fin tan violento demostró cuán arraigado estaba en su pecho el fuego del amor conyugal.

Por su parte, Marco Plaucio compartió con el anterior tanto el nombre como el amor porque cuando, atendiendo una orden del senado, conducía a Asia una flota de aliados de sesenta naves, al llegar a Tarento, su mujer, Orestila, que le había acompañado, enfermó y murió. Preparado entonces el funeral, y colocada sobre una pira, mientras la cubrían con ungüentos y la besaban, Plaucio se clavó un puñal. Sus amigos no pudieron ya sino tomar su cuerpo y, tal como estaba, cubierto con la toga y calzado, lo colocaron junto a su esposa, encendieron las teas y los incineraron juntos. Hicieron allí un sepulcro, que aún ahora puede verse en Tarento, y que se llama «De los dos enamorados». Y no tengo duda alguna de que, si los muertos conservan realmente algún sentimiento, Plaucio y Orestila habrán llevado a las tinieblas un semblante que refleja la muerte compartida. No en vano, cuando se comparte un amor apasionado y honesto, es mejor unirse con la muerte que separarse por la vida.


Realizado por Ángel Portillo.

Fuente: Textos extraídos de Hechos y Dichos Memorables de Valerio Máximo. (Libro 4, Capítulo 6).
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Foto: Detalle de un sarcófago del siglo IV. Una pareja en la ceremonia de unir las manos. El cinturón anudado de la novia simbolizaba que su marido estaba atado a ella. Creative commons 3.0 By Ad Meskens.



lunes, 19 de noviembre de 2018

VIDA CORRIENTE: EL EMBARAZO, EL PARTO Y LA FRAGILIDAD DEL SER HUMANO


Los demás seres vivos tienen un tiempo determinado para la gestación y para el parto; el hombre nace durante todo el año y con un plazo incierto. Antes del séptimo mes nunca es viable. En el séptimo mes tampoco nacen, a no ser que hayan sido concebidos la víspera o al día siguiente del plenilunio, o en el interlunio. Según la tradición, en Egipto se nace en el octavo mes y, ciertamente, tales partos son viables ya incluso en Italia, contra la opinión de los antiguos.

En los partos de gemelos pocas veces sobreviven tanto la madre como los hijos, a no ser que viva uno solo; y si son de distinto sexo, es todavía menos frecuente que sobrevivan los dos. Las niñas nacen más rápidamente que los niños, del mismo modo que envejecen más rápidamente. En el vientre de la madre, los niños se mueven más y se llevan casi siempre en la parte derecha, las niñas en la izquierda. El nacimiento de trillizos está confirmado por el ejemplo de los Horacios y los Curiacios. Por encima ese número, se tiene entre los hechos extraordinarios, excepto en Egipto, donde el beber agua del rio Nilo produce fertilidad.

A partir de los diez días de la concepción los síntomas de que ha comenzado un hombre son: dolores de cabeza; en los ojos, vértigos y mareos; repugnancia en las comidas, y nauseas. La gestación de un niño da mejor color y un parto más fácil; el movimiento en el vientre se produce a los cuarenta días. Todo es contrario en el otro sexo: un peso insoportable y una ligera hinchazón de las piernas y la ingle; en cambio, el primer movimiento es a los noventa días.

Y hasta tal punto repercute en las embarazadas la manera de andar y todo lo que se pueda decir, que, las que toman comidas demasiado saladas, dan a luz a niños que no tienen uñas y, si respiran, paren con más dificultad. Un bostezo durante el parto es mortal, así como es abortivo haber estornudado después del coito.

Da pena y también vergüenza considerar que insignificante es el origen del más soberbio de los animales, cuando para la mayoría llega a ser causa de aborto el olor que produce una lámpara al apagarse. ¡De estos comienzos nacen los tiranos, de estos los espíritus sanguinarios! ¡Tú que estás confiado en las fuerzas de tu cuerpo, tu que abrazas los dones de la fortuna y ni siquiera te consideras discípulo de ella, sino hijo, tu cuya mente es la de un emperador, tu que te crees un dios, rebosante de orgullo por alguna razón, pudiste morir por tan poca cosa! Y todavía hoy puedes morir por una causa mínima, como una minúscula mordedura de serpiente o también, como el poeta Anacreonte, por una uva pasa, o como el pretor Fabio Senator, atragantado por un solo pelo en un sorbo de leche. Para terminar, realmente hará una justa valoración de la vida aquel que recuerde siempre la fragilidad humana.

Fuente: Textos de  Historia Natural de Plinio el Viejo.
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jueves, 15 de noviembre de 2018

Ubicación en el orbe de Hispania y sus provincias (según Plinio el viejo).

En la antigüedad la cartografía era una ciencia incipiente. No había distancias precisas ni las sinuosas y caprichosas formas de las cadenas montañosas y costas se tenían muy claras. Lo más habitual era orientarse por accidentes geográficos para localizar cada una de las zonas. En su Historia Natural Plinio el Viejo nos explica como veían por entonces su mundo. Los romanos ya denominaban a los continentes que bañan al Mediterráneo de la misma forma: Europa, Asia y África:

El orbe completo de la tierra se divide en tres partes: Europa, Asia, África. Mi punto de partida es el poniente y el estrecho de Gades, por el que el Océano Atlántico irrumpe y se derrama por los mares interiores. A la derecha, según se entra, está África, a la izquierda Europa, en medio de las dos, Asia. Los límites son los ríos Don y Nilo.


Según Plinio el río Don separa Europa de Asia. Este río desemboca en el mar de Azov, que queda delimitado por la península de Crimea. África y Asia estaban separadas por el Nilo. Ahora estos límites se consideran la cadena de los Urales y la península del Sinaí. También nos define el estrecho de Gibraltar, los peligros que tiene y la leyenda de su origen:


La boca del Océano que hemos dicho se extiende desde el lugar de Melaria en Hispania, hasta el Cabo Blanco de África. Por boca tan pequeña circula una masa de agua tan inmensa. Y la profundidad no aminora esta maravilla, pues abundan allí unas olas espumosas que infunden terror a las naves. Por tal motivo, muchos autores han llamado a ese lugar el umbral del Mediterráneo. Unos montes que se alzan a ambos lados de esta boca estrechan la entrada: Abila en África y Calpe en Europa, metas finales de los trabajos de Hércules. A causa de ello los nativos los llaman las columnas de ese dios y creen que cuando las atravesó, dejó entrar las aguas de fuera y cambió la faz de la naturaleza.

Hércules era muy venerado en la zona, uno de los templos más famosos, que parece ser que gozó de los favores de Ulpio Trajano, fue el templo de Hércules Gaditano. Visitado por Aníbal Barca y el divino Cayo Julio Caesar. El primero juró allí odio eterno a Roma (o eso dice la leyenda) y el segundo lloró cuando al compararse a Alejandro Magno vio que no había logrado ni por asomo sus éxitos. Plinio también encumbra a Europa. Todos (actualmente) sabemos que nuestro viejo continente es el más pequeño, sin embargo la ciudad de la siete colinas estaba en él y solo por eso ya era la mitad del mundo: 


En primer lugar, pues, Europa, nodriza del pueblo vencedor de todas las naciones y con mucho la más hermosa de las tierras. Muchos han hecho de ella merecidamente no un tercio del mundo, sino la mitad, con el orbe dividido en dos partes desde el rio Don hasta el estrecho de Gades.


Tras situarnos en el umbral del Mediterráneo nos define la península Ibérica, pues es la primera tierra que se encuentra al entrar en él que pertenece a Europa:


Dentro de ese espacio, la primera tierra es la Hispania llamada Ulterior, y también Bética, y a continuación, desde los confines de Murgi a las cimas del Pirineo, la Citerior, también llamada Tarraconense.


Murgi era probablemente El Ejido, Almería. En esa época Hispania estaba dividida en tres provincias. La llamada Ulterior o Bética estaba dividida en dos partes cuyo límite era el Guadiana:


La Ulterior se divide en dos provincias en el sentido de la longitud, ya que por el costado septentrional de la Bética se extiende la Lusitania, separada de ella por el rio Guadiana. Este, que nace en el territorio Laminitano de la Hispania Citerior, y que tan pronto se desborda en lagunas como se estrecha en desfiladeros o se esconde del todo bajo tierra y renace gozoso varias veces, desemboca en el Océano Atlántico.


Laminitano era probablemente Fuenllana en Ciudad Real. Por último nos define la provincia de la tarraconense la última y la más grande de todas que incluia casi la mitad de la península:


La Tarraconense, por su parte, pegada al Pirineo y discurriendo a lo largo de toda su vertiente, se extiende transversalmente desde el mar Ibérico hasta el golfo Gálico, y está separada de la Bética y de la Lusitania por el monte Solorio y las cadenas Oretana y Carpetana y la de los Astures.


El Gálico es el golfo de Vizcaya. El monte Solorio está en Sierra Nevada. Las cadenas Oretana, Carpetana y de los Astures son los montes de Toledo, la cordillera Central y los montes de León. El límite de las provincias Tarraconense y Lusitana seguía más o menos el curso del Duero desde el Océano a la confluencia con el Esla (afluente del Duero), que se llamaba Astura. 



martes, 13 de noviembre de 2018

VIda en la Antigua Roma. Navegar por el Mediterráneo





NAVEGAR POR EL MEDITERRÁNEO EN LA ANTIGUA ROMA

Cómo navegaban por el Mare Nostrum los marineros en la antigua Roma. qué utilizaban para orientarse y otras características de esa época.



domingo, 11 de noviembre de 2018

VIDA CORRIENTE: LA PRUDENCIA AL ELEGIR PRETENDIENTE.



Ovidio aconseja a los jóvenes cómo deben cuidarse para atraer a sus amadas, despreocupándose de lo superficial, como es rizarse el pelo y quitarse el vello, pero recomendando buscar un buen barbero pues ha de mostrarse aseado pero no ha de ser vanidoso. El cuidado en demasía era para él una mala cualidad en un hombre. Contra ese peligro advierte a las jóvenes romanas. Aconseja sobre los peligros de elegir a un hombre demasiado presumido:

Evitad a los hombres que hacen ostentación de su elegancia y galanura, y colocan cada cabello en su sitio. Las palabras que os dicen a vosotras, se las dijeron a otras mil mujeres: su amor va de acá para allá y en ningún lugar se detiene. ¿Qué va a hacer una mujer cuando su amante tiene la piel más suave que ella misma y hasta puede tener más pretendientes que ella?

En su paternalismo también las advierte de que algunos de estos hombres, además de su por así llamarlo defecto, se entregan a la galantería con oscuros deseos:

Los hay que se introducen bajo capa fingida de amor y, luego de abordarte así, buscan obtener ganancias vergonzosas. Y no os engañe una cabellera abrillantada con perfume de nardo ni la diminuta lengüeta de su zapato atada conforme a sus propios pliegues, ni os dejéis embaucar por una toga de tela finísima, ni porque el individuo lleve uno y más anillos en los dedos. Quizá el más elegante de todos esos es un ladrón y está obsesionado con robarte tu vestido:
—Devuélveme lo que es mío— gritan a menudo las jóvenes al verse despojadas
Y en todo el foro resuena su voz:
—Devuélveme lo que es mío. Y tú, Venus, desde tu templo, que resplandece por la abundancia de oro, contemplas sin inmutarte tales querellas.


Afirma que si una joven trata con un hombre de mala reputación acabará adquiriendo su aura y perderá su honra:

Hay también algunos hombres malditos por su fama bien ganada; las engañadas por muchos de ellos heredan la reputación de su amante. Aprended de las quejas de otra a temer por las vuestras; que vuestra puerta no esté abierta al hombre falaz.

Por último, les advierte como actuar contra los mentirosos:


Si os hacen muchas promesas, prometed con otras tantas palabras, y si llegaran a cumplirlas, otorgadles también vosotras los placeres que les habéis prometido.


Autor: Ángel Portillo.
Fuente: El Arte de Amar de Ovidio, Libro III.
Foto. Dominio público, portal Pixbay.


jueves, 8 de noviembre de 2018

LA RELIGIOSIDAD DE LOS ROMANOS. VIDA CORRIENTE.



No hay un solo acto en la vida privada o pública de los romanos en que no se haga intervenir a los dioses o que no necesite un rito para realizarse. «La casa de un romano era un templo para él: en ella se encuentra su culto y sus dioses. Su hogar es un dios; dioses son los muros, las puertas, el umbral; los límites que rodean su campo también son dioses. La tumba es un altar; sus antepasados son seres divinos. Cada una de sus acciones cotidianas es un rito, el día entero pertenece a su religión. Mañana y tarde invoca a su hogar, a sus Penates, a sus antepasados; al salir de casa o al volver, les dirige una oración.


Hay palabras que no se atreve a pronunciar en toda su vida. Si alguien habla de un incendio en la mesa, tirará en ella agua para evitar el mal agüero. Si cae comida, esperará a recogerla para ofrecerla a los Lares los dioses del hogar. Un romano jamás nombrara a la muerte si alguien fallece, dirá de él que estaba vivo. La noticia de una lluvia de sangre o de un buey que ha hablado le turba y le hace temblar.


Jamás sale el romano de casa sin mirar si aparece algún pájaro de mal agüero. Si tiene algún deseo, lo escribe en una tablilla, que deposita al pie de la estatua de un dios. Siempre sale de su casa con el pie derecho y si pisa el umbral antes de salir, se encerrará y no saldrá hasta el día siguiente. Si ve pasar delante de el a una liebre volverá corriendo a casa atemorizado ante el mal agüero. 


Siendo la casa de un romano un dios, al despedirse lo hacían solemnemente. Esta es la forma que tiene Lignvm o Aurelio Vitalis, el protagonista de mi libro, de despedirse de su hogar: 


—Umbral de mi casa paterna, te saludo y me despido al mismo tiempo. Hoy salgo a buscar mi futuro, hoy salgo por última vez de mis Lares. Ya no haré uso de esta morada, que me lo ha ofrecido todo. He recibido de ella alimento, cama y vestido. Por ella soy lo que soy. Estoy triste por dejar mi casa. Soy Aurelio Vitalis, hijo de Lucio; desde ahora no tenéis que cuidar de mí. Santísimo genio paterno, dioses Penates del hogar, venerable Lar familiar, os pido humildemente que guardéis los bienes y la salud de mi padre, Lucio Vitalis. Cuidad también de su esposa, Lucrecia. Yo marcho a buscar otros dioses Penates, otro venerable Lar, otro hogar en otra ciudad.
Tras despedirme de mi hogar paterno, mirando hacia la puerta me alejé durante un tiempo sin darme la vuelta. 

Autor: Ángel Portillo.
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martes, 6 de noviembre de 2018

ANATOMÍA: LOS HUESOS. Galeno, procedimientos anatómicos.



La sustancia de los huesos es para los seres vivos lo que son los muros para las casas y los llamados «palos» para las tiendas de acampada: se homologan por naturaleza a ella y con ella cambian también otras partes. Por ejemplo, si un animal tiene un cráneo redondo, necesariamente su cerebro también es así, como también si lo tiene alargado el cerebro de ese animal será alargado. Si sus mandíbulas son pequeñas y el rostro en su conjunto es más bien redondeado, también necesariamente sus músculos serán pequeños. Así también, si son grandes, el animal en cuestión será en conjunto grande y sus músculos consecuentemente grandes. Por ello, en efecto, el simio es entre todos los animales el más parecido al hombre en sus vísceras, en los músculos, en las arterias, en las venas y en los nervios, porque lo es también en la forma de sus huesos. Por su naturaleza camina sobre dos piernas, se sirve de las extremidades anteriores como manos, tiene el pecho más abierto que los demás cuadrúpedos, la clavícula como la del hombre, su cara es redonda y su cuello corto. Siendo así que estas partes son semejantes, no es posible que los músculos sean de otro modo. Pues estos se extienden por encima de los huesos, de modo que imitan su tamaño y su forma. A esto siguen arterias, venas y nervios, semejantes también en huesos semejantes.

Puesto que, efectivamente, la forma del cuerpo se asemeja a la de los huesos y las características naturales de las otras partes son consecuencia de ellos, estimo que en primer lugar debes adquirir una experiencia exacta de los huesos humanos, no observándolos de forma superficial ni a base de leer de un solo libro, que algunos titulan Osteologia, otros Esqueletos, otros simplemente Sobre huesos, como, por ejemplo, el mío, que estoy convencido que es mejor que todos los escritos antes, por su claridad, por la ligereza de la exposición y por el rigor de su asunto, sino que tu trabajo y tu esfuerzo sea no solo aprender de cada libro la forma exacta de los huesos sino hacerte un observador constante de los huesos humanos a través de los ojos. Esto es muy fácil en Alejandría, por cuanto que los médicos de aquella tierra imparten su enseñanza a sus discípulos mediante la observación directa.

Por este motivo, si no por otro, debes procurar ir a Alejandría. Si no te fuera posible conseguir esto, ni aun así, no es imposible ver huesos humanos. Yo, al menos, los he visto en muchas ocasiones, al abrirse o bien algunas tumbas o bien monumentos funerarios. En otra ocasión vimos también el esqueleto de un salteador que yacía en el monte un poco fuera del camino, a quien le dio muerte un caminante al enfrentarse de inmediato a él, después de que este primero hubiera intentado matarlo; ningún habitante estaba dispuesto a enterrarlo, sino que por odio se alegraban de que su cuerpo fuera pasto de las aves, que en dos días le devoraron las carnes y dejaron el esqueleto como para la enseñanza para quien quisiera verlo.

Pero si tú no has tenido la fortuna de ver algo así, haz una disección a un simio, quítale las carnes y en el fíjate con exactitud en cada uno de sus huesos. Entre los simios elige a los que sean más parecidos al hombre. Son estos los que no tienen alargadas las mandíbulas ni grandes los llamados «caninos». En tal tipo de simios encontraras muchas otras partes dispuestas de modo similar al hombre y por eso andan y corren sobre dos piernas. Pero los que se asemejan a los cinocéfalos son de hocicos grandes y tienen grandes caninos. Estos apenas se mantienen erguidos sobre dos piernas y distan mucho de andar o correr. Aunque a los simios que más se asemejan al hombre también les falta un poco para la postura exactamente erguida, pues la cabeza del fémur se inserta algo oblicuamente en el acetábulo del isquion y algunos de los músculos que bajan por la pierna se desvían aún más. Estas dos cosas impiden y obstaculizan la posición erguida, como también sus pies, pues tienen los calcáneos muy estrechos y los dedos muy separados unos de otros. Pero esto son menudencias y por ello privan poco al simio de la posición erguida. En cambio, los simios más parecidos a los cinocéfalos evidentemente se apartan más del aspecto de los hombres y se diferencian también claramente en los huesos. Elige, pues, los simios más semejantes al hombre y en ellos, releyendo nuestro escrito, estudia con exactitud la naturaleza de sus huesos. Te podrás familiarizar enseguida con sus nombres, que también te serán útiles para la enseñanza de la anatomía de las otras partes. Y así, si después te encuentras con un esqueleto humano, fácilmente recordaras todo y lo reconocerás.

Realizado por Ángel Portillo
Fuente: textos extraídos del Procedimientos Anatómicos de Galeno, Libro I.
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Foto: CC0 Creative Commons, Un esqueleto de un cementerio de Genova. Portal PixBay.


domingo, 4 de noviembre de 2018

VIDA MILITAR, La mitad de los ingresos del soldado se deben depositar en el sitio de las banderas (sacellum)

Según parece los legionarios en la época de Ulpio Trajano recibían una paga de 1200 sestercios al año. Teniendo en cuenta que eran de los pocos de entre los pobres que tenían ingresos fijos eran sin duda privilegiados. Un trabajador normal, de la construcción por ejemplo, cobraba por día trabajado. El año tenía, como ahora, días festivos que había que descontar. Néstor F. Marqués en su obra UN AÑO EN LA ANTIGUA ROMA nos dice que los días laborables serían unos 220. Añadir, o mejor dicho restar a estos, los días en los que las condiciones climatológicas no permitían trabajar.

Así que como se ha dicho los legionarios tenían una buena posición con respecto a los demás pues cobraban siempre indiferentemente del clima imperante y los días hábiles que hubiera. Además estos también tenían otras muchas fuentes de ingresos, sirvan como ejemplo: las primas por los botines en batalla; la venta de enemigos como esclavos; el pillaje y los saqueos; la venta de armas de los rivales muertos en batalla, y las donaciones de los nuevos emperadores. Según Vegencio de todos estos ingresos obligaban a los milites a guardar la mitad:

«Las disposiciones de los antiguos que obligaban a los soldados a depositar la mitad de los donativos que recibían bajo las enseñas era sabia y juiciosa; la intención era preservarlos para que no fueran gastados en lujos ni gastos semejantes. La mayoría de los hombres, particularmente los de la clase más pobre, pronto gastan todo cuanto obtienen. Una reserva de esta clase, así pues, resulta evidentemente del mayor servicio a los propios soldados; ya que son mantenidos a expensas públicas, su ahorro, por este método, se incrementará continuamente.»

Esta disposición en verdad tenía el objetivo de evitar que los hombres lapidasen todo su dinero. Asimismo, en el texto se puede ver el trato paternalista con respecto a los soldados pobres. El párrafo se podría resumir en: los comandantes han de cuidar por el mayor servicio de la milicia pues ellos son incapaces de hacerlo. En el ejército romano no se daba puntada sin hilo, esta disposición perseguía también otro objetivo. En el ánimo de los oficiales está siempre el miedo a la deserción. Si un soldado abandonaba el ejército perdía su dinero. Esto era un buen aliciente para mantener en filas a los hombres:

«El soldado que sabe que su fortuna está depositada bajo sus insignias no tiene pensamientos de desertar, concibe la mayor afición por ellas y lucha con la mayor intrepidez en su defensa. Se mantiene así, también, por su interés, que es lo que más cuidan los hombres.»

Vegelio en su Epitoma Institutorum Rei Militaris, Libro II – XX, también nos explica cómo y quién se encargaba de gestionar y guardar estas cantidades de dinero:

«El dinero se depositaba en diez bolsas, una por cada cohorte. Había una undécima bolsa con las pequeñas contribuciones de toda la legión, como un fondo común para subvenir a los gastos de enterramiento de cualquiera de sus camaradas. Estos ahorros se guardaban en cestas bajo la custodia de los Signiferos, escogidos por su integridad y capacidad, para hacerles cargo de los depósitos y que dieran cuenta a cada uno de lo que le tocaba.»


Como reflexión última y personal no puedo más que pensar que quizás esa era la causa por la que los legionarios defendían con tal afán todos sus símbolos. Sin menospreciar motivos religiosos o valores como el honor y la lealtad, quién más que el portador del signum sabía el nivel de su riqueza.

Autor: Ángel Portillo.
Fuente: Recopilación sobre las instituciones militares de Flavio Vegecio Renato.
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Foto: Sestercio de Marco Aurelio. Museo de Prehistoria de Valencia, Creative Communs 2.0 by Dorieo.