viernes, 13 de septiembre de 2019

SACRAMENTUM A LA UNIDAD (centuria), fragmento de Lignvm.

Roman soldier in lorica segmentat, CC3 by MatthiasKabel (retocada).

Tras haber jurado lealtad a Roma, Aurelio Vitalis o Lignum en las legiones, es llevado frente a su nueva centuria donde deberá volver a jurar, esta vez frente a sus compañeros.

Fragmento de Lignum:

«Allí tuvimos que formar en una línea junto a una media docena más de los nuevos legionarios. En frente de nosotros estaban los miembros veteranos de la IV Centuria de la VI Cohors. Parece ser que nos iban a asignar definitivamente a esa unidad. [...]
El centurión abandonó su puesto a la izquierda de la primera fila de sus hombres dirigiéndose sin prisas hacia nosotros. Fue desplazándose por delante de cada uno de los nuevos legionarios. A pocos centímetros de cada uno nos miraba a los ojos. Nadie, ni siquiera Quinto, pudo aguantarle la mirada; aun así, creo que fue el único que no tembló ante Prisco. Recuerdo que empecé a tragar saliva cuando estaba todavía a dos hombres de mí. Una vez nos hubo asustado a todos, una vez supo que había impuesto su autoridad con tan solo su mirada, el centurión levantó entonces la mano dirigiendo su mirada a su optio, que vino a paso militar hasta nosotros.

—A sus órdenes, mi centurión.
Optio, estos hombres se van a incorporar a la unidad.
—Entendido, mi centurión.
Prisco dio un pequeño golpe con su vitis a Tito.
—¡Miles Tito, dos pasos al frente! —ordenó Figulo.
Nuestro compañero se adelantó y se puso firme. El optio abrió su cartera y sacó de ella un pequeño pergamino, que entregó al tembloroso legionario.
—Portaestandarte de la centuria, rinde honores.
Mientras este levantaba el estandarte todo lo que le era posible y lo balanceaba un poco, cada uno de los hombres inclinó su pilum en señal de respeto. En completo silencio, solo se oyó el ruido metálico que el rápido movimiento de los hombres provocó en sus loricas segmentatas y el típico «clin, clin».
Miles Tito, serás el responsable del juramento.
—Sí, mi optio.
El elegido abrió el pergamino y empezó a leerlo.
—Juro ante Júpiter Optimus Maximus, Marte y Victoria que nunca abandonaré a los camaradas para salvar mi propia vida ni abandonaré mi puesto en la línea de batalla excepto para recoger un arma, atacar a un enemigo o salvar a un compañero. Juro también que obedeceré siempre a los oficiales y suboficiales de mi unidad. Si no cumplo este juramento, mis comandantes pueden disponer de mi vida.
—Juro —gritó Prisco.
—Yo también juro —gritó el resto de hombres.
—Juro morir defendiendo los símbolos de Júpiter, el rayo y el águila que lo representan.
—Juro.
—Júpiter es el dios más grande, el dios de la luz, del cielo y del trueno. Nos honra con sus favores porque los romanos le servimos y damos nuestra vida por él. Eso nos hace superiores a todos los demás pueblos.
— Júpiter, Júpiter, Júpiter.
—Juro lealtad al padre de la patria, el divino emperador César Nerva Trajano Augusto.
—Yo también juro.
—Salve.
—Salve, salve, salve
El portaestandarte de nuestra centuria bajó al suelo nuestra insignia y cada uno de los hombres puso su pilum en vertical produciendo de nuevo el mismo ruido.
Milites, bienvenidos a la IV Centuria de la VI Cohors. Roma... e... —pronunció nuestro centurión.
—Eterna.
Milites, ocupen sus puestos en la formación —ordenó el centurión.
Los nuevos miembros nos dirigimos a paso militar al final de la unidad y ocupamos nuestro sitio. En esos momentos todos los nuevos legionarios creíamos que nosotros solos acabaríamos con los dacios, los roxolanos y los sármatas a la vez; no quedaría ni uno solo de los enemigos del otro lado del Danuvius. Ver a Prisco con toda su centuria detrás de él, oírlo jurar por Júpiter junto a todos sus hombres era sin duda motivador. Estaba seguro de que todos cumpliríamos nuestra promesa; antes morir que deshonrar a Roma. No podía parar de pensar que habíamos tenido suerte con la asignación; todos los compañeros de viaje destinados a la I Italica estábamos juntos. No hacía mucho que nos conocíamos pero ya habíamos pasado algunas aventuras, compartido dolor y, sobre todo, odiábamos a los mismos oficiales y suboficiales.»
_____

Fuentes: LIGNVM de Ángel Portillo.

Página Facebook: Angel Portillo ·Lignum en Roma·
Blog: Lignum en Roma

Ángel Portillo autor de:
LIGNVM en Amazon.
LIGNVM en Tapae en Amazon.

Miembro del grupo de recreación historica Barcino Oriens (Legio II Traiana Fortis) y Miembro de Divulgadores de la Historia.






No hay comentarios:

Publicar un comentario