En Roma una mujer nunca pudo enrolarse en el ejército o desempeñar ningún cargo público. Las ciudadanas romanas no tenían derechos políticos activos ni la obligación de defensa de la patria que se asociaba a los varones.
Las fuentes clásicas veían a las mujeres que no se dedicaban a las tareas domésticas y a los hijos como factores desestabilizadores de la sociedad, siendo por lo tanto denigradas. Además, desacreditar a estas mujeres era una excusa para atacar a sus maridos, pues estos, ante la opinión pública, son calificados como pusilánimes. Viendo esta actitud la mujer ha sido excluida tradicionalmente de los estudios militares, ya que el entorno castrense se consideraba como un mundo exclusivamente masculino.
En las últimas décadas, gracias a nuevas intervenciones arqueológicas se han podido encontrar objetos de uso femenino que nos permiten plantear nuevas ideas sobre la vida en el ámbito militar. El factor del concubinato, los legionarios no se podían en principio casar, hace posible pensar en una convivencia o coexistencia entre hombres y mujeres extramuros (o intramuros) del recinto fortificado.
En los denominados canabae, que se localizaban junto a las puertas de los campamentos militares (castrum o castra), habitaban una serie de personas que acompañaban a los ejércitos y que en su mitad eran mujeres. Es decir, podían ser madres, parejas o hijas de los legionarios y que se desplazaban de forma regular junto al contingente. También padres, hijos o hermanos, e incluso algunos soldados ya licenciados.
Estas aldeas de familiares se fueron poblando con el establecimiento en ellas de comerciantes, prostíbulos, tiendas, talleres y tabernas. Los acompañantes compartían con los soldados las largas marchas, el hambre y el cansancio, las dificultades climáticas, las enfermedades y epidemias, por lo que cabe pensar que tuvieron que tener un fuerte vínculo con aquellos hombres. En las ocasiones en que se otorgaban ratos de ocio y se permitía a los legionarios la salida del campamento, era en estos establecimientos donde gastaban su paga, por lo que, en cierto modo, formaban parte necesaria de la vida cástrense.
Tras la realización de excavaciones arqueológicas en muchos de ellos, se han documentado una serie de objetos que parecen demostrar contacto y presencia del género femenino más próximo a estos enclaves de lo que siempre se había pensado.
En primer lugar hablaremos de la Península Ibérica. La actual ciudad de León (castra legio) fue la base, de la Legio VII Gemina, estando asentada durante varios siglos. En una intervención arqueológica (2007) apareció el esqueleto de un bebé recién nacido. El arqueólogo que lo documentó, Emilio Campomanes, dijo que el esqueleto «Corresponde a una niña perinatal, fallecida en un momento indeterminado previo al parto, durante el parto o bien poco después de ese momento». Hasta ese día nunca se había localizado ninguna prueba en el asentamiento que pudiese atestiguar la presencia de mujeres y niños intramuros.
También en la antigua Legio nació (in castris) y vivió Marcelo, centurión de la Legio VII Gemina durante la segunda mitad del siglo III d.C. Su mujer se llamaba Nonia y tuvieron doce descendientes. Tanto hijos como padres vivían en el límite sur de la principal arteria del campamento, la via Principalis. Se ha fijado su residencia a pocos metros de la porta principales dextra del recinto.
En Vindolanda son cientos de piezas de calzado romano, entre las que se incluyen zapatos pequeños de niño, zapatos de mujer y zapatos de hombre. En Roma por la utilización de un tipo u otro de vestimenta se conocía la clase social a la que pertenecía quien la portaba. Por eso, dependiendo del tipo de zapato localizado, se puede asociar a su propietario a una u otra clase social y en este yacimiento arqueológico tenemos presencia de todas ellas.
Se han encontrado estos objetos mayoritariamente en espacios domésticos derrumbados, en los edificios oficiales militares y en vertederos. Pero también en los barracones, siendo éstos imitativos de las botas comunes de los soldados adultos. Pero para que existiesen niños en el campamento, tenía que haber una presencia de mujeres que los alumbrasen y cuidasen dentro de él.
En excavaciones en Vetera, Rottweil, Oberstimm o Ellingen se han podido encontrar: fíbulas, broches de cinturón, horquillas de bronce, cadenas con cuentas, fusayolas, ungüentarios, biberones, campanitas de pequeño tamaño realizadas en bronce y anillos, entre otros. Todo ello ha ayudado, como mínimo, a cuestionarnos la exclusividad del varón en el mundo castrense romano.
La investigadora Penélope Allison plantea que las mujeres convivían de forma cotidiana en el interior de los castra con los legionarios, participando de forma regular en ese tipo de comunidad militar. Su teoría propone que cualquier rango militar podía tener pareja, quedando desfasado el planteamiento tradicional sobre la imposibilidad de casarse que se había asociado a los soldados de baja categoría. Para ratificar su hipótesis se ha centrado en los hallazgos de los objetos anteriormente citados.
Como conclusión podríamos decir que estos estudios se desmarcarían de los convencionalismos que hasta hace pocos años han existido. Es una línea de investigación en la que se continúa estudiando y revisando nuevamente todo el material que se localizó en esta tipología de asentamientos, para poder concretar en estos hallazgos presencia femenina como habitual.
Para saber más:
Blog Gladiatrix en la Arena: Canabae, núcleo de población civil romana.
Lignum en Roma (Ivoox) 025 — Mujeres en los campamentos romanos._____
Fuentes:
La Mujer en el Ejército. Casos de Estudio de Begoña Fernández Rojo. La roma de los olvidados de Robert C. Knapp.
Mujer y ejército romano, el caso de la epigrafía militar britana de Roberto López Casado.
Ángel Portillo Lucas, autor de:
LIGNVM -> https://amzn.to/2BEW4RL
LIGNVM en TAPAE-> https://amzn.to/30nUWwp
LIGNVM en ROMA-> https://amzn.to/37958tL
LIGNVM -> https://amzn.to/2BEW4RL
LIGNVM en TAPAE-> https://amzn.to/30nUWwp
LIGNVM en ROMA-> https://amzn.to/37958tL
LIGNVM eBook-> https://amzn.to/3eWw9U0
LIGNVM en TAPAE eBook -> https://amzn.to/3dNjWB6
LIGNVM en ROMA eBook-> https://amzn.to/3cFr29o
Me encontrarás en:
Página Facebook: Angel Portillo ·Lignum en Roma·
Blog: Lignum en Roma
Ivoox: Lignum en Roma.
Miembro del grupo de recreación histórica Barcino Oriens (Legio II Traiana Fortis) y Miembro de Divulgadores de la Historia.
LIGNVM en TAPAE eBook -> https://amzn.to/3dNjWB6
LIGNVM en ROMA eBook-> https://amzn.to/3cFr29o
Me encontrarás en:
Página Facebook: Angel Portillo ·Lignum en Roma·
Blog: Lignum en Roma
Ivoox: Lignum en Roma.
Miembro del grupo de recreación histórica Barcino Oriens (Legio II Traiana Fortis) y Miembro de Divulgadores de la Historia.
Muchos esclavos gozaban de más derechos legales que las esposas, por ejemplo, los romanos les reservaban su pecuniam y les concedían momentos de ocio. Incluso las esclavas se veían, en ciertos casos, exentas de una intimidad sexual forzosa, con sus dueños, mientras que la mujer casada siempre se ha hallado expuesta a la agresión sexual por parte del esposo... Kate Millet (Política Sexual)
ResponderEliminar